El papel del Fisioterapeuta en las Disfunciones Sexuales

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) la felicidad sexual es una de las condiciones indispensables del estado de lana salud. La falta de placer puede desencadenar múltiples problemas como : tensión, mal humor, depresión, insomnio y otros.

La disfunción sexual es la alteración de una de las fases del ciclo de la respuesta sexual que comprende el deseo, excitación y orgasmo. En las mujeres, las disfunciones más comunes son la inhibición del deseo, la anorgasmia (no hay orgasmo), dispauremia (dolor en el acto sexual) y vaginismo (contracción involuntaria de la vagina que dificulta o evita la penetración).

Se calcula que entre un 19% y un 50% de las mujeres presentan alguna disfunción sexual y que muchas de estas piensan que es normal, se conforman con la situación y no buscan información ni tratamiento para mejorar.

Es muy importante que el suelo pélvico esté sano para que las relaciones sexuales sean agradables y proporcionen placer. El suelo pélvico envuelve todas las estructuras (músculos, nervios, ligamentos, vasos, etc…)desde el pubis hasta el coxis. Algunos estudios demuestran que factores relacionados con la alteración de la musculatura perineal ayudan a la evolución de la disfunción sexual. De aquí la importancia de la fisioterapia, esta ayuda a mejorar estas disfunciones con tratamientos dirigidos y específicos para esta musculatura, que a la vez puede estar muy débil produciendo falta de sensibilidad y placer o puede estar muy rígida provocando dolor durante la penetración.

Es muy importante que el fisioterapeuta cuente con un equipo multidisciplinar, donde médicos y psicólogos puedan complementar el diagnóstico del paciente para descartar cualquier problema orgánico o desorden psicológico.

Los objetivos del tratamiento de fisioterapia en disfunciones sexuales consiste en enseñar al paciente a autorreconocer toda la zona del suelo pélvico, reforzar la musculatura del periné con ejercicios activos en diferentes condiciones de esfuerzo y si es necesario con aparatos de electroestimulación o beofeedback, descontracturar la zona (si es necesario) con masaje perineal, reeducar los hábitos de la respiración y posturales, concienciar de la importancia de la gimnasia hipopressiva con ejercicios que mantengan el buen funcionamiento del suelo pélvico y orientar a realizar contracciones en las relaciones sexuales.

Mientras dura el tratamiento es muy importante el estado de ánimo de la paciente y su colaboración, ya que cuando acabe el tratamiento dependerá de ella y de su continuidad para mantener el suelo pélvico en equilibrio y armonía.


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